02.1 Las
tecnologías de la información
Si las
revoluciones industriales anteriores se caracterizaron por la producción de
manufacturas de todo tipo, hoy día la riqueza de un país industrializado se
mide, más bien, por el grado de información
y conocimiento que es capaz de aplicar a su sistema productivo. Para ello
se han desarrollado en los últimos años dos
nuevos sectores económicos e industriales: la informática y las telecomunicaciones.
Las
telecomunicaciones
Estas tecnologías
han revolucionado la forma de transmitir información a distancia. A partir de
la década de 1980, inventos como el videotex
y el teletex fueron capaces de
transmitir a grandes distancias multitud de datos que, en algunos casos, podían
incorporar imágenes. Desde 1962, cuando se lanzó el primer satélite de comunicaciones, el espacio exterior se ha convertido en
un centro de comunicaciones que pone en conexión a todo el mundo. Algunos
países o agrupaciones de países, como la Unión Europea con su Eutelsat, poseen sus propios satélites,
que a su vez están interconectados. A partir de los años noventa comenzaron a
generalizarse dos grandes inventos relacionados con las comunicaciones: el teléfono móvil y la red de Internet. Ambos elementos unidos han
permitido que podamos comprar a distancia o conocer, en cada instante, cuándo
va a llegar el próximo autobús.
La
informática
Posibilita el
tratamiento rápido y automatizado de grandes flujos de información. Su producto
industrial es el ordenador. Ideado
por el inventor y matemático americano Von Neumann, se desarrolló por primera
vez en 1957, al incorporar a las máquinas el invento del transistor, que sustituía las válvulas. A partir de 1964, con el
invento de las placas de silicio o chips,
se consiguió reducir su tamaño, lo que se concretó en la fabricación de los
primeros ordenadores personales o PC
en 1970. Estos convirtieron la informática en una industria de consumo,
generalizable a las empresas y a los hogares. Las aplicaciones de la
informática a la economía y a la ciencia han sido inmensas.
02.2 La
globalización económica
La globalización
de la economía se manifiesta en diferentes campos: el industrial, el financiero
y el comercial. En cada uno de ellos se vienen produciendo, en los últimos
años, cambios que han variado la concepción de la economía clásica.
Las cadenas
globales
Actualmente, la
producción, la distribución y el consumo se agrupan en grandes cadenas de extensa localización. Así, muchas de las grandes
marcas comerciales no producen los bienes que venden, sino que los compran –a
bajo coste- a fábricas instaladas en el Tercer
Mundo. Por ello, muy a menudo no se responsabilizan de las condicionales
laborales de los trabajadores que fabrican sus productos. La sede central de
estas marcas multinacionales suele residir en los países desarrollados y,
generalmente, solo se encarga de funciones directivas, de diseño y de
certificación de la calidad.
La
desregulación financiera
La enorme
movilidad que en la actualidad tiene el capital desborda cualquier intento de
reducirlo a los límites impuestos por las fronteras nacionales. A día de hoy,
se puede invertir, a través de Internet, en cualquier institución financiera
del mundo. El dinero se mueve en grandes cantidades de un mercado a otro. Esos
capitales sirven para financiar las actividades de las cadenas globales o
tienen un simple interés especulativo. Los gobiernos aceptan que, para
desarrollar su economía, tienen que permitir estas transacciones con la mayor
libertad posible. Sin embargo, dicha libertad facilita el movimiento del
llamado “dinero negro”, capitales de
origen oscuro, a menudo generados por el narcotráfico y el terrorismo.
Los bloques
comerciales
Competir en un
mercado global resulta difícil incluso para los propios Estados, que tratan de
defender sus intereses económicos agrupándose en bloques que negocien con
terceros países, en tanto posibilitan el intercambio económico con el resto de
los países del bloque. La Unión Europea es el más fuerte de dichos bloques
comerciales; de hecho, su producto interior bruto es superior al de Estados
Unidos. El bloque Asia-Pacífico reúne a los países ribereños del océano
Pacífico, y el Mercosur, a los países de América del Sur.
La
Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP)
La TTIP
(Transatlantic Trade and Investment Partnership en inglés) es un tratado que
vienen negociando, desde 2007, los Estados Unidos y la Unión Europea, lo que
conducirá a su previsible aprobación a corto plazo. Mediante este tratado
esperan estimular el comercio y los flujos de capital entre ambos gigantes
económicos, que podrán así afrontar mejor la reciente competencia de los países
asiáticos, Canadá y las naciones emergentes. Sin embargo, el acuerdo se está
concertando con escasa transparencia y nula información pública, lo que plantea
dudas acerca del papel que desempeñará cada Estado. Además, no parece que se
vaya a someter al sufragio de los ciudadanos comunitarios.
Por otra parte,
algunos estudios alertan sobre diversas amenazas asociadas a la firma del
pacto: la pérdida de derechos laborales, la privatización de servicios
públicos, rebajas salariales y posibles riesgos medioambientales.
China, la
fábrica del mundo
China se ha
convertido hoy día en la primera potencia industrial del mundo. Ello ha sido
posible gracias a su numerosa población y a la laboriosidad de los trabajadores
chinos, pero también a la permisividad legislativa en materia medioambiental y
laboral, y a sus muy bajos salarios.
Globalización
y crisis
La economía global entró en crisis
en el año 2008, lo que afectó, sobre todo, a los países más desarrollados. Los
problemas comenzaron en el sector financiero por la imposibilidad de recuperar
muchos préstamos de alto riesgo (las llamadas hipotecas subprime). Algunos grandes bancos quebraron y otros tuvieron que
ser rescatados con dinero público para evitar su quiebra. En países como
España, importantes sectores económicos que habían funcionado a crédito, como
el inmobiliario, se derrumbaron, ocasionando un gran aumento del paro.
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