Por mostrar diligencia
un diez te ha puesto la audiencia
3.1 La recuperación económica de la posguerra
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3.1 La recuperación económica de la posguerra
Para
superar la situación de la mayoría de los países europeos tras la guerra, EE UU
promovió un sistema de créditos y ayudas (plan
Marshall) para estimular la recuperación económica y consolidar la
democracia parlamentaria, y evitar así la influencia del comunismo. También se
promovieron planes de integración económica, plasmados en la creación de la OECE (Organización Europea de Cooperación
Económica) y en Mercado común,
antecedente de la actual UE.
Así, a
partir de 1950 Europa Occidental vivió un largo periodo de prosperidad. Gran
Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y los países nórdicos
alcanzaron unas elevadas tasas de crecimiento de su PNB anual, que estuvo
acompañado de un notable aumento de la productividad y de una renovación
tecnológica permanente. Europa incrementó la potencia de su industria y del
sector servicios al tiempo que disminuía el peso de la agricultura.
La recuperación
económica estuvo acompañada de un fuerte crecimiento de la población, llamado baby
boom. En la década de 1995-1965, Europa Occidental alcanzó una tasa de
natalidad del 20%. Todo ello fue acompañado de un éxodo rural y de un gran incremento
de la población urbana. A las migraciones interiores se unieron las
externas, por las que los países más industrializados Suecia, Suiza, Alemania y
Francia) recibieron mano de obra de la Europa del Sur (Italia, Portugal,
España, Grecia, Yugoslavia y Turquía).
Las migraciones externas
La modernización de las sociedades
europeas quedó reflejada en la incorporación de la mujer a la vida económica,
en la extensión del laicismo en la sociedad y en el desarrollo en los sistemas
de producción social, que generaron lo que conocemos como Estado del bienestar.
La estructura del empleo
3.2 La democracia parlamentaria y
social
En la
mayoría de los países de Europa Occidental se asentaron regímenes democráticos
basados en constituciones parlamentarias, que garantizan los derechos
individuales y colectivos. El poder ejecutivo es ejercido por sufragio
universal. El sistema de partidos es multipartidista y pueden distinguir tres
grandes tendencias:
· Los partidos
conservadores y democristianos, defensores del individualismo y el
liberalismo económico, adoptaron posiciones reformistas para impulsar el
desarrollo económico y social.
· Los partidos
socialistas o laboristas, que se basan en los valores de la socialdemocracia,
fueron los grandes protagonistas de la transformación social, económica y
política de las décadas de 1950 y 1960. Promovieron el Estado del bienestar y
la profundización de la democracia, que los conservadores respetaron.
· Los partidos
comunistas, si bien condicionados por su dependencia de Moscú, tuvieron un
papel decisivo en la vida parlamentaria y en el impulso de los movimientos
sociales y sindicales.
En los países nórdicos, la socialdemocracia
mantuvo su dominio casi ininterrumpido, y en el resto de Europa Occidental se produjeron alternativas periódicas en el
poder. En la década de 1950, el peso de los conservadores fue mayor, mientras
que en las décadas de 1960 y 1070 predominó la socialdemocracia.
En la década de los 1960 se produjo un gran
cambio social y cultural en Europa Occidental.
La
excepción fueron los países donde permanecieron regímenes dictatoriales, como España (1939-1975) y Portugal (1926-1974), y Grecia, que padeció una guerra civil
(1944-1950) y una dictadura militar (1967-1974).
3.3 El estado del bienestar
En Europa
Occidental, y en menor medida en EE UU, el crecimiento económico de la
posguerra estuvo acompañado de la progresiva implantación del Estado del
bienestar, que comporta la intervención de los poderes públicos en la vida
económica y social, sin merma de las libertades del individuo. Esta
intervención del Estado garantiza unas condiciones
de vida digna para todos los ciudadanos, introduciendo criterios de
regulación del mercado y de redistribución de la riqueza.
La
intervención del Estado se orientó hacia los siguientes objetivos:
·
Impulsar el crecimiento económico y la máxima
ocupación laboral.
· Aplicar una política fiscal progresiva (impuestos
directos más altos en función de la riqueza), que proporcione los fondos
necesarios para atender a las necesidades de la población.
· Crear y sostener unos servicios públicos universales
(sanidad, educación, vivienda, pensiones de jubilación, subsidio de paro…).
· Intervenir en ámbitos decisivos para la sociedad
(transportes, industrias básicas, energía…), así como en la política monetaria.
· Regular el mercado para impedir movimientos
financieros especulativos (actividad de los bancos, sociedades de inversión…).
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